Los amantes de las setas tienen en la montaña palentina un auténtico filón. Las riberas de los ríos Carrión y Valdavia, son uno de los puntos clave en la provincia para la actividad micológica. Esta zona de paisaje protegido está repleta de riachuelos, alisedas, bosques mixtos y sombríos donde nacen hongos tan peculiares como el Paxillus rubicundulus. En este caso, comenzaremos nuestra ruta en Saldaña. Si nos dirigimos hacia el sur, Lobera y los sotos de Renedo de la Vega serán nuestros puntos de referencia; si lo hacemos hacia el norte, Pino y Fresno del Río serán nuestros destinos.
Sus bosques de roble y rebollar están repletos de hongos comestibles de gran calidad como Bolutus aestivalis, B. aereus, B. regius la Amanita rubescens o la buscada yema de huevo o amanita de los césares. En cambio, en las zonas de pasto de Cuenca del Carrión, la Valdavia, Ojeda y Boedo abundan especies comestibles, algunas tan emblemáticas como la senderina, la monterina o la seta de sombrerillo